Recuerdas una situación o acontecimiento reciente en el que hayas sentido enfado o de mal humor. ¿Recuerdas cuál fue el motivo?, ¿qué te dijiste?, ¿qué hiciste?, ¿te notaste agitado?, ¿lograste controlarte?,¿qué fue lo que hiciste?
Usualmente nuestros enfados se dirigen contra familiares, amigos, pareja, compañeros de trabajo o piso, un vecino, el jefe, etc. Y los motivos que nos llevan a ello, son de muy diversa índole, desde un suspenso, un cambio de turno laboral no esperado, la cancelación de una cita, que nuestro equipo haya perdido una final, una injusticia social, el perro del vecino ladrando, etc. Pero, qué ocurre cuando nuestro mal humor no es algo puntual, sino que por el contrario se vuelve la tónica del día a día.
Como afirma la psicóloga Diane Tice (citada en Goleman, 1996), el enfado parece ser el estado de ánimo más persistente y difícil de controlar. Siendo este, la más seductora de las emociones negativas porque el monólogo interno que lo alienta proporciona la persona argumentos para justificar el hecho de poder descargarlo contra otra persona. Ya Aristóteles en el siglo IV a.C., nos dejó la siguiente cita: “Enojarse es muy fácil, pero enojarse con la persona correcta, en el momento correcto, de la forma correcta y en la intensidad correcta, esto no es fácil”.
Por otro lado, el investigador y psicólogo Dolf Zillmann, ha podido determinar a partir de sus investigaciones, que el detonante universal del enfado es la sensación de hallarse amenazado. Ya sea ésta, una amenaza física o simbólica como puede ser nuestra autoestima o propio amor. Produciendo una respuesta cerebral que tiene dos efectos:
¿Podemos hacer algo para cambiar nuestro mal humor?
La respuesta es sí. A continuación, te ofrecemos algunas pautas que te pueden ayudar para gestionarlo:
Si sientes que no puedes controlar tu ira, te encuentras con mal humor de manera constante, notas que te enfadas con facilidad. No dudes en ponerte en contacto con nosotros, somos profesionales de la psicología que podremos ayudarte.
BIBLIOGRAFÍA.
Goleman, D. (2003). Inteligencia Emocional. Barcelona: Editorial Kairós.
Bisquera, R. (2011). Educación Emocional. Propuestas para educadores y familias. Bilbao: Desclée De Brouwer
Fuente: taispd.com
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